lunes, 4 de septiembre de 2017

Entrevista a Alicia Pérez Gil


En esta ocasión, y siguiendo el proyecto AdoptaUnaAutora, os traigo la cuarta entrada sobre Alicia Pérez Gil. Se trara de una entrevista, de esas que tienes que  parar en algún momento porque ves que se te va a hacer eterna, pero seguro que os ayuda a conocer un poco más a esta personalísima autora. Eso sí, no descarte hacerle otra entrevista un poco más gamberra en un futuro cercano. Ella dice que se deja.



1.- Hola, Alicia. Desde fuera, todo parece indicar que te encuentras en tu mejor momento literario. ¿También tú lo percibes así? Y en ese caso, ¿cómo lo estás viviendo?
Desde dentro es mi primer momento literario. En 2012 publiqué Inquilinos y tuvo su pequeño recorrido, que ahora ha repuntado gracias a La Nave Invisible y la lectura conjunta que comentabas en tu post anterior. Además de eso había publicado relatos sueltos para varias antologías. Tal y como yo me veía las cosas estaban bien así. Llevo mucho tiempo dedicándome a la literatura un poco como quien canta en la ducha: hago los mejores gorgoritos de los que soy capaz y me oyen mi familia y vecinos.
       En mayo publiqué Barro con Cerbero y ahora me siento como si hubiera salido de la ducha con una toalla enrollada en la cabeza a modo de turbante y otra alrededor del cuerpo. Lo suficientemente cubierta para no resultar indecente, pero un poco escasa. Lo que quiero decir es que ahora me ve mucha más gente, me lee mucha más gente. Por poner un ejemplo, he triplicado mis seguidores en Twitter. Y me siento, sobre todo, responsable. Para que te hagas una idea, cuando firmo libros intento personalizar las dedicatorias, pero hay una frase que suele aparecer en la mayoría de ellas: disfruta de la lectura, si no puede ser de esta, de todas las demás. Es precioso que te lean y que te conozcan, pero las personas que deciden abrir las páginas de tu libro van a emplear en ti lo único que de verdad se acaba en la vida: el tiempo.
       Sí, es mi mejor momento y es increíble: fascinante, excitante, me hace muy feliz. Es como levantarse en Navidad y encontrarse un montón de regalos. Pero también lo vivo con esa responsabilidad. Y con la necesidad acuciante de escribir más. Por si se acaba. 

2.- Me interesa mucho esa relación tuya con el fandom. Tienes muchos seguidores y se nota que te gusta interaccionar con ellos; ¿crees que ese contacto directo con el lector que ahora permiten las redes es ya una herramienta necesaria para un autor?
No me gusta la pregunta por lo que implica la palabra necesario. Veamos si consigo explicarme. El fandom no es necesario para escribir. En absoluto. Pero es que no hay nada ajeno a la propia escritura que sea necesario para escribir. Uno quiere escribir y escribe. Todo lo demás es accesorio y tiene mucho más que ver con lo que ocurre después de escribir.
       No soy consciente de tener muchos seguidores, cantidades ingentes de ellos. Sé que tengo algunos y me gusta mucho pensar que cultivo una relación personal con ellos. Les dedico todo el tiempo que puedo no porque sean las personas que compran mis libros, sino porque yo he sido y sigo siendo como ellos. Yo me acuerdo de mí misma a los 25 años, cuando todas las figuras que podrían haber compartido conmigo sus experiencias como escritores vivían en una torre de marfil que no solo era muy alta sino que estaba muy lejos y me digo que somos muy afortunados porque eso ha cambiado. Me imagino a mí misma tomando una caña con Almudena Grandes hace 20 años y se me encienden los ojos de ilusión. Porque ella hacía lo que yo quería hacer en muchísimos sentidos. De hecho me lo imagino ahora y me ilusiono de la misma manera.
       Yo no soy Almudena Grandes ni en repercusión, ni en productividad ni en importancia. Pero hay personas que se leen mis libros y que ven en mí algo parecido a lo que yo veía en ella. Imagino que alguno se sentirá como yo me sentía entonces ¿cómo voy a no estar interesada en ellos? Lo estoy y quiero que ellos tengan la oportunidad de desmitificar, de acercarse, de crecer, de decidir, pero desde una perspectiva positiva.
       La relación con las generaciones que van a barrernos, en el sentido literario y en todos los demás, pueden ser de dos tipos: podemos defendernos de ellos o podemos hacerles las cosas más fáciles. Yo prefiero la segunda opción. Esto tiene mucho que ver con mi ideología literaria y mi modo de ver la vida. Hay por ahí artículos en los que explico que parte de mi obra es gratuita porque quiero que la gente lea, porque considero que el mundo será mejor si la gente lee. Puede que mi obra no vaya a cambiar a nadie, pero puede que inocule el gusanillo de la lectura en un solo lector y que ese lector lea otras cosas y que esas otras cosas le conviertan en una persona más rica, más abierta a nuevas formas de pensar. Solo con eso habrá valido la pena el esfuerzo de pegarme con adverbios y gerundios. Pues bien, relacionarme con mis lectores me permite explicarles esto de tú a tú y que vean que es verdad, que lo pienso de verdad. Hay docenas de escritoras y escritores que usan al fandom para hacerse más populares o para vender más libros. Yo prefiero tratarles como las personas que heredarán la Tierra y enseñarles que hay alguna gente buena que está dispuesta a crear espacios para que crezcamos todos. La mayoría me miran como si fuera extraterrestre, pero confío en que alguno pensará como yo y se sentirá menos solo.
       Lo digo mucho: soy una romántica.

3.- Me interesa lo de tu ideología literaria. Sé que esta es una pregunta muy tópica, pero sé también que tus ideas al respecto son muy particulares; ¿cómo ves tú el panorama editorial actual y qué crees que debería cambiar?
Aquí es donde los lectores desconectan y los editores me abren un vórtice para que me pierda 😊
       Yo el panorama actual no lo entiendo. La verdad es que no termino de comprender cómo funciona, quién se beneficia, ni cómo. Esa es la verdad. Por lo que sé, la industria literaria tradicional, que entiendo que es la que conforma el panorama del que me hablas, vive de que hay personas que escriben y personas que leen. Esas personas venden los derechos de reproducción y venta de sus obras a empresas editoriales. Las editoriales imprimen las obras, contratan a empresas distribuidoras que las distribuyen en librerías y las librerías las venden. Los lectores las compran y las leen. Como cadena no está mal. Me refiero a que, bueno, puede gustarte más o menos que para llegar de A a B haya que pasar por determinados puntos intermedios, pero no parece descabellado.   Lo que ocurre es que la cadena en cuestión no está clara.
       La escritora vende los derechos de venta y reproducción de sus obras, pero ¿a cambio de qué? Tal y como están las cosas puede que los estén vendiendo a cambio de nada. En principio se supone que es a cambio de un porcentaje de las ventas. Y digo en principio porque de verdad que puede que no sea así. En España no hay un mecanismo de control fiable que dé una cifra real de los ejemplares vendidos de un libro. Por tanto, es posible que se vendan 1000 ejemplares y la editorial diga que solo se han vendido 500. Así, la escritora cobra un porcentaje de la mitad de lo que se ha vendido. Este es el primer escollo, pero no es el más importante.
       Desde mi punto de vista, más delicada que la contraprestación es el objeto que se vende: una obra literaria ¿Por qué es diferente la venta de una obra literaria que la de un bidé? ¿Por qué no puedo vender mi libro y despreocuparme de lo demás? En este sentido creo que la autopublicación en plataformas como Lektu o Amazon es la mejor opción: vendes un ejemplar de tu libro a cada lector que decide comprarlo. No hay más. Pagas un porcentaje por cada venta a los señores libreros (que en este caso son Amazon o Lektu, los que te dan el escaparate, aunque sea digital, y listo). Tendría que suceder lo mismo en el caso de las editoriales tradicionales: ¿Quieres mi libro? Pues son 30.000€. Si te has gastado el dinero es probable que quieras recuperarlo y hagas lo posible porque se venda. Si no se vende perdemos los dos, porque no me vas a querer comprar otro. Si se vende, bueno, ya negociaremos mi próximo libro cuando lo haya. Eso no pasa ahora. Ahora grandes editoriales compran los derechos de libros que se hunden en el anonimato porque no cuesta dinero comprarlos ¿Quién gana ahí? Ni idea, pero creo que no hace falta que te diga quién pierde.
       La primera vez que propuse esto me dijeron que sí, claro, pero que entonces, si yo vendía mi libro a 30.000 y se recaudaban 100.000 y además se firmaba una serie de televisión, yo salía perdiendo. Esto no es verdad. Yo he vendido al precio que consideraba adecuado. Si he vendido por debajo de mis posibilidades tendré que negociar mejor la próxima vez. Es como cuando te compras unas zapatillas y luego las encuentras más baratas ¿es injusto lo que has pagado por ellas? No. Tú has pagado lo que te parecía correcto.
       En cualquier caso, y sé que esto tiene todas las dificultades de ejecución del mundo, lo que de verdad creo es que la literatura, la música, la pintura, el cine, todo tipo de arte o manifestación cultural, debería ser de libre acceso al público general. Por eso tengo obras en la modalidad “Paga si te gusta” de Lektu y por eso me gusta el sistema de mecenazgo de Patreon. En realidad creo que la creación artística debería estar subvencionada, pero no he desarrollado todavía un modelo sostenible. En pocas palabras: soy una horrible comunista cultural. Ya veo llover las críticas…
       Y que no se le escape a nadie que en todo este sistema, el último eslabón de la cadena, las personas que compran y leen libros, son las peor paradas. Al fin y al cabo son ellas quienes pagan el precio final. A veces no se sabe a quién. 

4.- Entremos ahora en el terreno estrictamente literario; ¿por qué el terror como género principal de tu obra?
Así, en pocas palabras, porque estaba harta de la “alta literatura” y de todos sus límites. No hay nada más fácil que escribir un drama literario, de verdad. Lo digo sin humildad porque es que me parece sencillo. Solo tienes que mirar, barnizar y reproducir. Si te sientes imaginativo puedes cambiar la estructura temporal o usar determinado tipo de construcciones. Eso me aburre. Lo leo porque hay auténticos genios de la literatura que solo escriben eso, como Philipe Claudell o mi querida señora Grandes. Lo leo y lo disfruto, pero me aburre escribirlo.
       Ahora, el terror  te permite saltarte todos los límites. Pero no me refiero a los límites literarios, sino a los límites de los personajes. En una obra de género no fantástico no es verosímil que los personajes dejen de ser ellos mismos o que encuentren capas más profundas de su personalidad. A veces parece que sí, pero el hecho es que la vida pocas veces te presenta situaciones extraordinarias y el ser humano es muy de economizar. Sin embargo en el terror puedes hacer lo que quieras, puedes exagerar hasta donde quieras porque tienes el paraguas de la maravillosa suspensión de incredulidad.
       Me llamarás tramposa porque tú y yo sabemos que yo no escribo ese terror evidentemente exagerado, pero no es trampa. Yo trato de excavar en las motivaciones de los personajes hasta que encuentro ese fin que justifica los medios y entonces nace el monstruo. Por eso es terror. Hago nacer monstruos únicos, individuos monstruosos. En las obras de género no fantástico la monstruosidad del ser humano, que es lo que me fascina, casi nunca se toca más que de refilón. O se cargan las tintas en los malvados asesinos en serie, pero ¿A quién le interesa un asesino en serie cuando puede escribir acerca de una pequeña e inocente niña que hará lo que sea necesario para salvar a su muñeca del cubo de la basura?

5.- Pero esos límites de los que hablas los podrías explorar en cualquiera de las modalidades del género fantástico y, sin embargo, has elegido el terror como medio, entiendo yo, para desenmascarar al monstruo que todos llevamos dentro. ¿Es eso una falta de confianza en el ser humano? ¿No crees que excavando a esas profundidades se puedan descubrir también facetas positivas?
Yo confío plenamente en el ser humano, en su capacidad para engañarse y para engañar al otro. Vivimos en sociedad y para eso es necesario seguir algunas normas de convivencia que garantizan la supervivencia.
       Supongo que se podrá descubrir de todo, pero no tiene mucha gracia descubrir que somos buenos. Todo el mundo piensa que es buena persona. Yo creo que soy buena gente y que mis amigos son buenos en el sentido de que prefieren hacer el bien a los demás, tienen ideales de justicia que compartimos, etc. Si descubriera que eso es cierto, pues vale, genial. Pero no es interesante. Es mucho más interesante descubrir lo que no se sabe o descubrir que es cierto algo que se creía falso. Por ejemplo, que ni mis amigos ni yo somos tan buena gente. Al final el miedo sirve también como piedra de toque para permanecer alerta y no pasarnos al lado oscuro.

6.- Háblanos un poco de Barro. Has dicho en algún momento que es la primera entrega de una trilogía; ¿cómo la has estructurado? ¿Cuándo saldrán al mercado las siguientes entregas?
Me encanta que me hagas esta pregunta 😊
       Post Scriptum es una trilogía cuya primera parte es Barro. En principio la segunda parte, Carne, sale en enero de 2018, también con Cerbero y también en formato Bolsilibro. La tercera parte dependerá, supongo, de cómo funcione la segunda y de la agenda de la editorial. Se llamará Sombra y será, por fin, de terror.
       En cuanto a la estructura, es fundamental que los lectores tengan esto en mente: se trata de una serie de tres libros que tienen un arco argumental común pero que no comparten ni personajes, ni mundos. En Barro, Alicia hace un viaje de descubrimiento que la lleva a saber quién es pero, sobre todo, a descubrir quién no es. Aprovecho para contestar aquí las dudas de algunos lectores. Escribí la entrada en el mundo fantástico de la Alicia de Barro desde la perspectiva de que era un cambio de mundo real, que efectivamente sucedía. Alicia volvía luego a su mundo, renacía, y lo hacía con un conocimiento nuevo acerca de sí misma. Es cierto que la novela entera es una gran metáfora, pero dentro de la propia ficción el viaje es real. En Carne, la segunda parte de la trilogía, la protagonista no es Alicia, pero sí empieza su propio viaje en el momento de autoconocimiento en que termina la Alicia de Barro.
       Carne es una historia de ciencia ficción en la que la protagonista, Adama, tiene que salir de la ciudad burbuja para encontrar a alguien a quien se siente muy unida. Ya no se trata de resolver un problema de identidad. Ya no asistimos al desarrollo individual de una mujer de 23 años, sino al descubrimiento del mundo de una persona que ronda la treintena y que creía que las cosas funcionaban de una manera determinada, pero resulta que no. Adama va a descubrir quiénes son los demás y cuál es su papel en el mundo del que forma parte. Sí, es otra novela de viaje y sí, el punto de partida es el mismo, pero que nadie espere una continuación estricta de Barro porque no la encontrará.
       Sombra es la tercera parte de Post Scriptum y será una novela corta de terror. Si lo piensas solo puede terminar de una manera: en Barro Alicia usa la fantasía para renacer a una realidad mejor; en Carne Adama descubre quiénes son los otros. En Sombra, el Hada Número 13 lleva a cabo la destrucción integral de todo lo anterior. Y no sé si debo desvelar más. Me muero de ganas, pero luego el perro de tres cabezas para el que trabajo me echa la bronca.

7.- Hablando del perro de tres cabezas; ¿cómo ha sido la experiencia de publicar con Cerbero?
Pues estupenda ¿Qué te voy a contar? Digo lo mismo siempre que me preguntan. Todo lo que comentaba más arriba acerca de las editoriales no se aplica a Cerbero. Ellos hacen las cosas como a mí me gustaría que las hiciera todo el mundo: con respeto al autora, a las obras y, sobre todo, a los lectores. Venden libros muy bien acabados en todos los sentidos; el contenido es de calidad y el envoltorio también. Los bolsilibros están siendo un éxito porque además de contener buena literatura son objetos preciosos y aún así son baratos. Salimos ganando todos. Puede que no ninguno nos hagamos millonarios, ero hay un beneficio evidente para todas las partes: los lectores, que al final son los más importantes, obtienen un buen producto final a buen precio, los autores cobran un precio justo por su obra (autores del texto y de las portadas, que también existen) y el editor digo yo que algo se llevará.
       En cuanto a mi experiencia personal, la verdad es que es exactamente como parece en redes sociales: trabajamos mucho nos movemos, vamos a sitios, organizamos eventos y todo eso es cansado, pero nos llevamos bien. Me decían el otro día que más que autores de una editorial parecemos un híbrido entre un quipo de fútbol y una secta. Lo cierto es que el espíritu de equipo es grande. Alguna vez me han preguntado si no voy a mandar nada a ninguna otra editorial. No lo descarto, claro, porque Cerbero no puede publicar todo lo que escribo; pero entre mi deseo de ofrecer literatura gratis, que cumplo a través de Lektu, mi Patreon y lo bien que estoy donde estoy ¿para qué? ¿Qué me van a dar otras editoriales que no me de esta? De momento, como en el famoso sketch, me quedo con el detergente Gabriel, aunque me den otro más grande, más barato y que parezca mejor.
       (Mañana es cuando me peleo con el editor y de lo dicho no hay nada, una nunca sabe. Pero hoy esto es así).

8.- Referentes literarios. ¿Cuáles son los tuyos y por qué?
Así, sin anestesia ni nada:
·                     Henry Miller porque ponía una palabra detrás de la otra sin orden ni concierto. Era el tío un incontinente verbal. Todo lo que escribió en París está lleno de vida, de hambre, de mala leche. Es  el caos hecho libros. Puede gustarte o no gustarte, pero Miller vibra como una rave.
·                Marguerite Durás por todo lo contrario. Escribe en un ejercicio continuo de contención porque lo hace sobre unas emociones tan extremas que no tiene otra manera de hacerlas llegar al lector sin caer en la caricatura.
·                 Stephen King porque, vamos a ver, si alguien es capaz de escribir 1000 páginas acerca de la vida de una tostadora y que todo el mundo habla de la tostadora cuando a la tostadora no le pasa nada en toda su vida, es que algo bueno está haciendo.
·                   Ursula K Leguin porque es Dios. Y si esa respuesta no vale, diremos que porque es la mejor escritora de fantasía del mundo. Ha hecho Los Dones. Que es todo lo contrario a la cafetera de Stephen King. Y ha hecho Terramar. Es la mujer capaz de encerrar el significado de la vida en una novela de 150 páginas.
·                   Almudena Grandes porque está cabreada y maneja muy bien una cotidianeidad en la que me veo muy reflejada.
·                Terry Pratchett porque es ágil y también está cabreado pero se lleva el cabreo por unos derroteros que nadie más usa como él.
·              Neil Gaiman porque es capaz de crear mundos propios en un tapón de refresco. Aunque este último lo menciono con la boca pequeña. Porque me gusta su imaginación y cómo mezcla opuestos y como hace evidente lo que ya era evidente pero de una forma nueva, pero me parece un tipo un poco superficial.
·                    El cine. Así a lo bestia. Porque leer está muy bien, pero no es la única manera de que le cuenten a una una historia. El cine me ayuda a romper estructuras temporales, que es algo que necesito como el comer para dar dinamismo e interés a textos demasiado planos. 

9.- ¡Vaya mezcla! Así no me extraña que alguna gente diga que lo que escribes es weird. ¿Qué te parece a ti esta etiqueta?
Weird es raro. Pero creo que yo no escribo cosas raras; es decir, mis historias tienen lógica. Al menos lógica interna. Puede que salgan elementos poco habituales, o formas poco comunes de enfrentar algunos temas. Pero Weird es Daniel Pérez Navarro. Yo si acaso un poco rarita.

10.- Y ya para terminar; ¿qué nuevos proyectos tienes en mente? ¿Qué estás haciendo ahora mismo y qué planeas para un futuro próximo? Conste que, aunque esta es la última pregunta, no descarto volver a entrevistarte en algún otro momento, que lo sepas.
Tú entrevista, entrevista, que algo queda 😊
       Estoy revisando, reescribiendo, tirándome de los pelos por culpa de ARCA, mi primera novela larga. Es una distopía que nace de un anuncio de H&M. Mientras lo miraba pensé: “madre mía la de barbaridades que hacemos para convertirnos en mujeres delgadas de rasgos prácticamente indistinguibles”. Y saltó la idea: ¿Y si las cosas cambiaran tanto que lo aceptado, lo obligatorio de hecho fuera operarse para convertirse en alguien que hoy consideramos feo o deforme? Y así llevo desde 2012, con más de 200.000 palabras escritas que no me convencen. Hay mucho material desechado en un blog dedicado en exclusiva al proyecto: https://arcalibrouno.wordpress.com/



       También escribo cuentos y me falta la tercera parte de Post Scriptum.
      Y mi favorito: un retelling de los relatos de Poe para gente que no lee. Hay algún ejemplo en mi blog. Se trata de parodia y humor. Poe es muy bueno, pero ha envejecido cual churro no consumido, el pobre. Se ha quedado acartonado y ahora se hace difícil de leer. El reto está en despertar la sonrisa sin perder el terror. Poe es MUY GRANDE y este es el proyecto que yo uso para descomprimir, pero no tiene mala pinta del todo. El relato donde se gestó el proyecto es este: http://www.aliciaperezgil.com/?p=815
       Además acabo de cambiar de vida. Desde 2003 he trabajado como secretaria. 14 años llevo entre papeles y llamadas de teléfono, que ya son años. Acabo de darme de alta como autónoma y espero poder dedicarme durante mucho tiempo a escribir y a enseñar. Se está gestando un curso de copy, talleres de escritura creativa y desearía que mi Patron funcionara porque es una línea directa de comunicación con el lector. En el ínterin no me importaría nada trabajar de escritora fantasma. Me apetece, de hecho. Por aquí lo dejo 😊